lunes, 4 de junio de 2012

Alí, para siempre.

Shelil podía andar sobre el agua.
Si hubiera intentado cruzar un lago paseando, habría dejado a las gentes asombradas.
Sus pies se habrían apoyado sobre la superficie sin siquiera turbarla, y paso a paso habría llegado a la otra orilla con los pies secos.
Es una lastima que nunca en toda su vida descubriera aquel maravilloso don.
Shelil pertenecía a una tribu nómada que vivía en mitad del desierto desde que él podía recordar, y allí las extensiones de agua solo le interesaban para seguir vivo.
Dedicaba su vida a correr con los otros niños, tirarle del pelo a las niñas y lanzar piedras a animalillos que se cruzaban por las dunas.
Shelil murió unos meses mas tarde de cumplir los 35 años. Su cadáver se secó al sol junto con los del resto de los miembros de su tribu.
Aunque eso él no lo sabía, como el hecho de que fuera el único ser humano que podía caminar por el agua.
Nunca vio el mar, pero aprendió a caminar sobre un océano de arena.








The last chance

1 comentario:

  1. Me gusta mucho este texto. Es diferente a los otros que escribes, y eso lo hace especial :3

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