miércoles, 29 de junio de 2011

A mi me han mentido. No te preocupes que se pasa.

Ahora cierra los ojos. No pretendo que te sumas en esa oscuridad que te provoca el no ver. Algunas lucecillas del exterior se posaran sobre tus ojos y la negrura será relativa. No llores.
Cierra los ojos no físicamente, si no a la percepción. Vete de aquí un rato. Deja de existir unos instantes (puedes hacerlo con los ojos abiertos).
Necesito que lo hagas. 
Solo unos instantes en los que cambian los olores. 
Ahora viene lo bueno.Con tono optimista te van a contar mentiras. Sus lenguas entrarán por tu oído. Ya no habrá vuelta atrás. Sus vicios serán los tuyos. Pero no sus virtudes (no tienen).
Ajeno a ellos. Ajeno a ti, ahí es donde te quiero.
Hablábamos de volver y aún estamos aquí, sentados en ninguna parte y viendo la vida pasar.
¿Notas que cada vez somos más diminutos?
¿DÓNDE QUEDA LA INMENSIDAD QUE NOS RODEA?








You're gonna cry, cry, cry.

miércoles, 22 de junio de 2011

Siéntate en una silla, con tu portátil delante. Lee la basura que puedo darte. Me propago. Se me van los acontecimientos. Quiero más.

Las bombillas del baño estaban rotas. Solo una había sobrevivido al resto. Ella iluminaba mi agonía con desdén desde el techo. Estaba ennegrecida y su luz se reía de mi.
Estaba temblando. Con el grifo abierto del que salia un chorro de inmundicia que intentaba parecer agua potable. Yo frotaba mis manos debajo de aquel biotopo que salia con desgana del interior de alguna cañería.
Luego me di cuenta del asco que me producía ver aquella suciedad mezclada con la sangre de tu cuerpo. Por mucho que frotara tu olor no se separaba de mi.
Entonces apareciste. El espejo tenia peor color que la bombilla y aún así te vi venir por mi espalda.
Te sujetabas las tripas. Tenías rimmel corrido por debajo de los ojos, formando surcos negros hacía tu barbilla, que temblaba ligeramente.
-Frota con más interés.
-Lo estoy intentando.




You only get one shot, SO SHOT!

lunes, 20 de junio de 2011

Ahogarse en un charco y fingir que tu vida me importa son cosas que hago a diario

Nervios. Angustia. 
Ruido de pasos en el corredor de mármol.
Se acerca el juicio y nadie lo ha preparado. 
Me ofrecen sus vidas a cambio de un poco de lo que puedo darles.
A mi me importáis una mierda, preguntadle a mama que si podéis salir un rato antes de la escuela para probar el resto de la vida, que se os está quedando fría.
It's just me

domingo, 12 de junio de 2011

Aunque cierre los ojos se que estás por aquí

Algo se movía. Era un forma negra diminuta con ocho patas, tan oscura como sus intenciones. Yo la vi bailotear pausadamente sobre los baldosines blanquecinos. 
En aquella parte de la ducha la luz no entraba bien por culpa de la triste cortina colgada con desprecio. Me dolían los pies de existir. 
Aquel agua que me caía era una sentencia. ¿Cómo era posible que algo incoloro, inodoro e insípido pudiese arrastrar sin ningún miramiento tantos recuerdos?. Ese agua se llevó la gente que me tocó, la que respiró cerca mio, se llevó parte de mi, dejándome limpio.
Volví a prestar atención a aquel diminuto arácnido que había iniciado mis cavilaciones. Ni rastro.
Decidí acabar con aquella sublime agonía. Apagué el grifo y salí de la bañera. 
El espejo estaba empañado. Aún así dirigí mi vista hacia él. Giré un poco el cuello y mi imagen vino conmigo, aunque solo era un borrón de diferentes colores. 
Aún así lo vi. Algo detrás de mi.
Giré mi cuerpo entero hacia el interior de la ducha.
Los baldosines me devolvieron la mirada. Silencio.
El frío me llegó a la médula. Me volví hacia mi reflejo. Pasé la mano por encima, muy frío al tacto. Unos finos hilos de agua caían distraidamente y ajenos a mi terror hacía la encimera del baño.
Con la mano aún pegada al espejo pude observar horrorizado como una figura femenina vestida con un camisón blanco y empapada auguraba un fatídico final para aquella trágica ducha.
Lo que no vi fue como una pequeña araña anduvo sobre mi cadáver unos momentos más tarde.






Let me see how is it going.

martes, 7 de junio de 2011

Repartí todas las cartas y vi que éramos impares

Se me caía la cara de vergüenza. También se me caía porque no tenía nada a lo que agarrarse.
Me estaba derritiendo cual vela en una tarta de cumpleaños. 
Mis manos estaba dejando paso a los huesos, mi piel parecía pasta blanquecina.
La ropa empezó a quemarme y tuve que arrancarla como pude, haciéndome daño. La ropa estaba manchada de aquella pasta que yo había sido. Mis labios ya no se movían, aunque intenté gritar. Unas burbujas salieron del interior de mi garganta. El olor a calor estaba matándome, aunque pronto mi nariz se habría caído.
Me puse de rodillas, que dieron contra aquel charco ahora más sangriento.
Alcé una mano y mis huesos se resquebrajaron. 
Luego, nada mas pude ver. Mis ojos habían pasado a formar parte de la masa. Y al parecer mi cerebro también.
Los que me recogieron después vieron que había un extraño líquido negro, que más tarde identificaron con el alquitrán de mis pulmones.
- Que lástima, y eso era una persona.






Love of my life don't leave me.

domingo, 5 de junio de 2011

Ya no había nada más

Solo silencio. 
La conversación se había acabado pero las palabras seguían flotando en el aire.
"Amistad"
Estuvo a punto de escupir en el suelo. En su cara habría sido demasiado. Aún así aguantó su esputo para otra ocasión más merecedora.
"Necesito alguien como tú"
Ya. Ya claro. ¿Un poco tarde, no?
Sí, claro que era tarde. Se le escapó una risita.
La cogió por la parte de detrás de la cabeza y giró su cuello. Moverla era muy fácil. 
Sus ojos rígidos le miraron. Mentira, no miraban a nada.
Limpió un fino hilo de sangre que caía por una de las comisuras de sus labios y acarició su pelo.
- Si es un poco tarde. Más que nada porque ya no hay vuelta atrás. Me preguntaste mil estupideces sobre la amistad que teníamos. ¿A caso el león se hace amigo del antílope?. No necesitas nada como yo. Ya no necesitas nada.








I don't wanna be friends

sábado, 4 de junio de 2011

Me han contado la verdad y creo que no me interesa

Ella ya no comía. 
Poco a poco su cuerpo iba rechazando cualquier ayuda del exterior. Intentaba comer, lo decía en voz baja, "traed la sopa, o lo que sea". Y aquel plato no lo tocaba. Tampoco dejaba que se los llevasen, por eso ahora su habitación (la primera a la derecha) olía a nevera caliente.
Nos llamaba a gritos a cualquier hora.
"Está loca, déjala que se muera tranquila". Tu madre nunca nos cayó bien a las dos. Parecía como si mientras te estabas muriendo entre comida vieja, poco a poco la carga de quince años de vida se fuera yendo. En verdad aún no tenías los quince años. No creo ni que alcanzaras los trece, pero en esos días no importaba tu edad, habías nacido y punto, y estabas con la jodienda montada, una boca mas a la que no dar de comer pero que necesitaba ver toda esa comida por ahí.
Cuando por fin falleciste tras 71 días de agonía, pensamos que tu cadáver no iba a pesar casi nada.
Tu madre me mandó a mi a quitarte del medio. Cual fue mi sorpresa cuando casi me fue imposible levantarte de aquel lecho fúnebre. 
Salí de allí contigo. Luego te pusiste muy blanca, tosiste y me miraste. Te bajaste de mis brazos y de la mano nos largamos hacía la funeraria, al parecer para cancelar un pedido.




Son las 5 de la mañana.
PRECIADOS 0001 A 2 4 3 1 7 1 NO SOPORTO LA TESITURA, CONTACTA CONMIGO

jueves, 2 de junio de 2011

Muerte es esperanza larga

Ya no me apetece volver. 
Esa gran frase estropeó mi vida. A mi tampoco me apeteció en su momento, volví y no sabes hasta que punto puedo arrepentirme.
Me la suda que no te apetezca volver.
Que no te apetece dices, como si fuera algo opcional; me corto el pelo o no? me ducho o no? vuelvo o no?
me entró la risa sarcástica. Y de verdad que me reí en voz alta.
Ven aquí. Deja de hacerte el remolón en el otro lado.
Salir de la realidad, de quien fue la jodida idea? tuya por supuesto. A mi las estupideces se me ocurren a la hora de dormir. A la hora de volver solo se me ocurre volver.
Pero tu no, tu eras especial y yo lo sabía, por eso te pregunté, vamos?
y tu soltaste, con naturalidad, ya ensayado en el interior de tu cerebro: Ya no me apetece volver.
Pues que te follen.






Y de pronto se separaron las dos sillas y cayó una mano con un solo dedo que señalaba a tu pie derecho.

miércoles, 1 de junio de 2011

Soy de oro y brillo. No quiero nada que tenga que ver conmigo.

La oscuridad la envolvía. Estaba acurrucada al pie de la escalera, pero ella no lo sabía porque no veía nada. Se agarró las piernas y tembló. Se pasó un poco de pelo detrás de la oreja. Miraba a todas partes nerviosa, buscando un punto de luz sobre el que guiarse. Algo.
Las paredes que se pegaban a su espalda semidesnuda parecían empapeladas hasta mitad del muro. El suelo estaba hecho de baldosas de cerámica muy fría. Solo podía pensar una cosa: "aún vivo".
Abrió su mente. Empezó a pensar en su vida; "soy estúpida, nunca he sabido elegir entre dos cosas, siempre es el mismo problema, las decisiones". Temblaba un poco y seguía: "solo puedo decir que sigo viva, aunque aquí dentro eso no me sirve para nada".
De pronto oyó una puerta abrirse y cerrarse despacio, como con intención de que no se notificara la entrada de alguien en la sala. Entonces empezó a llorar en silencio. Estaba allí.
Pasos, ¿dónde estaban los pasos?. A penas podía oírlos. Venían de una de las habitaciones contiguas pero no había forma de saber de cuál. Intentó calmarse. Entonces lo oyó:
- Cuando te encuentre, tu alma va a abandonar tu cuerpo. Y desde donde estés podrás ver como abro tu pecho, destrozo tus pulmones y saco tu corazón. Lo voy a mirar con asco y desprecio, voy a llamarle cosas horribles. Después voy a tirarlo al suelo y voy a pisarlo hasta que el tejido cardíaco se convierta en una papilla roja esparcida por este mismo suelo de baldosas. Más tarde si alguien me pregunta, diré que nunca conocí tu corazón, que nunca hablé para él, que nunca lo quise como el mio propio. 
La voz le era conocida. Muy apática. Intentando contener una carcajada, una risa demoníaca desde lo mas profundo de un alma destrozada por el desprecio y la envidia.
En mitad de la oscuridad la joven extendió los brazos y cuando bajó uno de ellos dio con el escalón. Con un momento de lucidez y desesperación empezó a subirlos. Empezó a contarlos muy rápido, intentando no tropezarse. Iba descalza y aquellos baldosines parecían no resbalar. Contados dieciséis se oyeron los pasos por detrás suyo. Más rápidos que los de ella.
Con un grito contenido de angustia apretó el ritmo. Los escalones no acababan. Un jadeo a su espalda implicaba la terrible realidad de que la iba a coger. 
De pronto un súbito parón. No había escalón. Con un grito gélido cayó a lo infinito del vacío. 
- Así te sentirás como me sentí yo.






You are so wonderful tonight