domingo, 18 de diciembre de 2011

María

Todas y cada una de las mañanas que María García se levantaba de la cama pensaba que nadie sabía que existía.
Y esto era completamente cierto. 
Sus padres no hablaban con ella, bien porque no tenían nada que decir o porque no estaban allí para hablar con María.
Era tan normal y tan corriente como su nombre. Tenía el pelo castaño, ni largo ni corto, ojos pequeños, no de un color bonito. Era bajita pero no mucho y siempre llevaba los mismos pantalones.
En clase la golpeaban con mochilas al salir. Cuando repartían los exámenes siempre le faltaba un folio.
No tenía amigos. Ni amigas. 
Solía quedarse encerrada en sitios porque la gente no sabía que ella estaba allí.
Pensaba que era invisible.
Tanto fue así que una mañana se despertó y notó que le estaban desapareciendo los dedos de las manos. Y los de los píes.
Pasado un mes había desaparecido por completo. Ya no se veía en los espejos.
Ya no llevaba pantalones. 
Tampoco iba clase. No salía de casa.
Como no sabía dónde tenía el estómago tampoco comía.
Como no sabía dónde tenía el cerebro tampoco pensaba. 
De modo que se dejó caer como inerte en el suelo.
Sigue tirada en su cuarto dónde sus padres no la buscaron.
Actualmente, todo está lleno de cadáveres invisibles que te rodean. Tirados en el suelo de tu clase, o en el suelo de tu baño.
Gente que no pudo encontrar su boca para decirte Hola.








Everybody dies alone

domingo, 11 de diciembre de 2011

111

Para poner algo en movimiento necesitaba fuerza. De esa que ya no tenía, me dolían los brazos, las piernas y no se porque los pulmones.
Bueno si se el motivo.
Me pediste un cigarro, y por hacer la gracia te pregunté que si también querías el pulmón.
Intentaste arrancármelo, por eso me dolía un poco al respirar.
Nos habíamos reído un montón aquella noche, bueno miento. Te habías carcajeado macabramente con mis pulmones en alto
- TODO LO QUE QUIERO LO CONSIGO
Pero esto no viene a cuento. Yo quería que te movieses, quería ser tu motor, tu motor inmóvil. Imagínate, yo como creadora de todo lo que haces, no quepo en mi del gozo.
La primera causa, de la que surge un efecto, que a su vez es causa de otro efecto, y así infinitas veces hasta que ya no respires.
No, y sabes perfectamente que no soy nadie. Quiero decir, nadie para ti, para ponerte en marcha. 
Y por eso ayer te lo dije, y te fuiste, y te metiste en tu casa, y no sacaste la basura, y la basura metafórica se llenó de gusanos. Te comieron los gusanos.
Soy el motor inmóvil de esos gusanos.
Vaya chusta.




May-be

lunes, 28 de noviembre de 2011

No estoy

Su existencia era insoportable. Demasiado como para si quiera darse cuenta por si mismo.
Oh dios, mi Némesis.
Es como lamer un trozo de metal y notar el regusto en el paladar.
Por eso me acerqué por la espalda. No me gusta pegar a gente sin que me vean llegar, es como si contara con un factor sorpresa que no me perteneciese.
Lo reconozco, agarré una barra metálica y le di en un costado. al parecer se quedó sin respiración unos segundos, lo que me dio la oportunidad de golpearle otra vez.
Ya no tenía ese factor a mi favor. Cuando se dio la vuelta me miró. 
Vi sus ojos y como me odiaba.
No me había imaginado aquella cantidad de cosas en un mismo momento.
Escupió a mis pies y cogió aire. Noté como recuperaba la compostura y agarraba la barra de hierro y me la quitaba sin que opusiera resistencia.
La tiró lejos. 
Se fue.
Nunca mas volví a verme.








Homeless

jueves, 24 de noviembre de 2011

Olor a miedo

En invierno siempre pasa lo mismo, las calles por la noche estan vacias.
sobre todo cuanto mas cerca estás del mar, donde hace mas frío que entre los aburridos edificios.
-Esos pisos de ahí siempre están a oscuras. No da el sol, solo la luna. Grises, los olvido.
Había estado casi una hora aferrando el banco metálico con las dos manos y tirando, dejando salir de mi boca pequeños improperios y gruñidos, luchando por arrastrar el maldito mamotreto hasta la orilla, para poder hablar contigo.
Me caían lagrimas de impotencia por la cara pero al final conseguí llevarlo hasta allí, frente al mar. Donde más frío hacia. 
-Me entran ganas de llorar
Era normal. Estabas sobre un tablón de madera, en un mar helado, mecida por el movimiento de las olas, sin volcar. Te agarrabas las piernas y las rodeabas contra tu cuerpo gélido y blanquecino. Tenias el pelo áspero y  notaba como te subía el rencor por el estómago por las ganas de vomitar. Miedo, odio y siempre frío.
-Siempre amenazas con desembarcar.








I missed you so much.

domingo, 13 de noviembre de 2011

La belleza está en los ojos del que mira

Cuando el invierno llegó nos jodimos de frío. 
En el sótano donde dormías estábamos a cinco grados, casi brillabas en la oscuridad. 
Las paredes grises estaban recubiertas de humedades oscuras, y los tres ventanucos no arrojaban luz sobre nada. Tu camastro roñoso y oxidado estaba apoyado contra una de las paredes. El moviliario de la habitación se reducía a eso y a una vela en el suelo, además de un taburete en el que me sentaba a mirarte encerrados en el hexaedro de piedra.
Todo con su correspondiente humedad, que carcomía y se congelaba por las noches.
Te tapabas hasta arriba con la manta y se te salían los pies por debajo. No se que pasaba por tu cabeza en esos momentos, en silencio, mirando tus calcetines, decidiendo que parte del cuerpo preferías helarte. Luego te hacías una bola en la estrecha cama. y me mirabas en la oscuridad. Siempre en el taburete ennegrecido, en manga corta y sin zapatos, a mi el frío ya no me jode.
Estabas un poco azul a veces, con los labios de un color feisimo. 
- Ya no me acuerdo de cuando no hacía frío.
- Yo ya no me acuerdo de como encendías la vela.



I missed you so bad

domingo, 6 de noviembre de 2011

Siempre es solo un instante

El cielo se estaba oscureciendo. La noche no daría paso al día nunca más. Daba paso a otro momento. 
Estaban intoxicando las estrellas, perdían su brillo paulatinamente; la luna desaparecía, como si anocheciera en mitad de la noche.
Las casas y edificios caían, se perdían en la negrura. Familias que dejaban de verse, simplemente ya no existían. Las paredes de mi habitación se caían, entró el frío de la última noche por todas partes. 
Humanidad que ahora te desvaneces, ¿que te está sucediendo?
Silencio que arrancaba sonidos de mi garganta. Era un grito que estaba huyendo de mi interior, nada quería quedarse, ni mi aliento, ni ese último auxilio al que pudiera oírme para sacarme de allí, yo estaba en el centro de la destrucción. Con su presencia.
Todo se destruía a su alrededor, no al mio. Eso implicaba mi muerte en unos segundos, para dejar vagando su presencia por encima de su creación. Mejor, por encima de la destrucción de la creación. 
- ¿Qué está sucediendo? 
Me intenté hacer oír por su presencia. Una de sus manos tocó mi mejilla, su tacto era infinitamente suave, cálido y frío. Frío. Muy frío. Mi cara estaba cambiando de color. La enfermedad se extendía por mi piel, la dejaba seca, flácida, muerta. La vejez llegaba.
- Es el principio.
Lágrimas. Mis piernas no aguantaban, eran unos huesos recubiertos por una fina capa de piel. Muerte en vida.
- ¿El principio de qué?
- El principio del fin.

Y así es la obsesión. Tu mundo se desmorona alrededor de lo que te provoca esa necesidad. Todo acaba cuando sitúas a alguien en el centro de tu universo, una enfermedad que te corrompe y está contigo hasta el prematuro final. La obsesión de las obsesiones, el amor, cuando solo queda ella.









I love something that death can't touch

martes, 1 de noviembre de 2011

Más frío que las cosas frías

Desde arriba hacia abajo. Ras ras. Otra vez. 
Una cara inmóvil frente a un espejo del tocador donde ella estaba sentada reflejaba una mirada durísima que atravesaba el cristal.
Ras ras. El peine caía una y otra vez sobre su pelo. 
Unos pasos inquietos se oyeron por el pasillo. Alguien apoyó la mano en el picaporte y la puerta cedió. 
Al entrar aquella figura en la habitación la estancia se ensombreció y el tiempo pareció detenerse unas milésimas. Su rostro era demasiado impersonal. Andrógino hasta un extremo insospechado. Vestido aquel personaje de negro dejó sin aliento a la mujer que se peinaba. Sin embargo no cesó en su tarea. 
Ras. Ras.
- Estaba esperando que hicieras eso.
Mantuvo la vista fija en sus propios ojos. Tensión.
- ¿Qué hiciera el que?
- Dejarme
La luz volvió un poco y el tiempo se restauró por completo. La figura de negro se sentó en una butaca del fondo de la habitación sin dejar de mirarla y sin apoyar la espalda en el respaldo. No había descanso posible.
Tragó saliva audiblemente.
- Lo mataste... Él se arrodilló y te pidió perdón por todo. Se arrepintió a tus pies, suplicó por su vida. Lloró un río de lágrimas. Y simplemente lo mataste.
Ras. Ras.
El peine cayó sobre el tocador. La cara del personaje se ocultó en la penumbra.
- Yo también estoy arrepentida, pero eso como ves, no vale nada. Que humanidad. ¿Notas ese olor?, quizás es comida. ¿Ahora notas el hambre que te desgarra? No, claro que no. Yo me arrepiento todos los días de no seguir siendo. ¿Notas el sueño? Ese sofá mullido debe ser muy cómodo. No, claro que no lo notas. ¿Qué vas a sentir tú, ángel caído del cielo?. Ya no sentimos nada. Me arrepiento. Claro que se arrepiente él también, ahora que Dios sea el que perdone, no Satán. Vete.





I TOLD YOU SO

domingo, 23 de octubre de 2011

Welcome to the family

Sientes que tu cuerpo vibra porque sabes lo que viene ahora. Notas esa sensación de júbilo bajo tus pulmones, la adrenalina esta en la linea de salida. 
Miras tus zapatos a ver si tienes los cordones atados. Ves que el suelo es de tierra, se va a levantar polvo, pero así es mas real. 
Oyes las primeras notas sueltas, se están preparando, empieza.
Empieza.
Está empezando.
Los primeros insultos salen de sus bocas, ya has captado el ritmo, la adrenalina está haciendo su trabajo. 
Allá vas. Eres uno mas en esa masa de adeptos a los ritmos frenéticos. Guturales que llenan las gargantas con palabras que bien podrían ser de indignación, odio o amor, o las tres a la vez. Los golpes no son golpes, forman parte de una danza demoníaca perfectamente sincronizada con la batería.
Seguidor incondicional. Les adoras y ellos a ti.

Pero tu no sientes eso. No, no. Tu te quedas fuera. Sigues la melodía con los labios, repasas su biografía. No sientes nada de nada. 
Ves como se levanta el polvo a tu alrededor, y el remolino de gente que vive la música se va agrandando.
Pero tu te quedas fuera, ¿por qué no sientes nada?




I WILL BURY YOU ALIVE

viernes, 21 de octubre de 2011

Adios

El tiempo no pasaba. Simplemente llevaba demasiado tiempo mirando el mismo número en el reloj digital de la mesilla. 15:58.
No podía hablar. 
¿A qué olía? Era salitre, podía oler a agua salada. Estaba rescatando un recuerdo del interior de mi memoria. Me veía a mi misma, borrosa, aletargada frente al mar. No me acordaba de lo que estaba pensando, ni de como el viento me daba en la piel. No notaba absolutamente nada, cansancio quizás.Veía caras de gente que pasaba por delante de mi figura aovillada en la fría orilla. No se. ¿Por qué mi mente estaba rescatando ese momento de mi vida? El mar me estaba llenando de sal los pulmones. 
Miré los números que titilaban en la oscuridad; 15:59.
Pude sacar el aire de mis pulmones. Ya había pasado lo peor.
Toda mi habitación olia a mar.
Ya no quería más. Nada más. 
16:00. El fin de mi eternidad ya había llegado.




- ¿Qué ruido hacen los conejos?
- No se si hacen ruido alguno
- Solo al morir

miércoles, 19 de octubre de 2011

Vomito por segunda vez en el día de hoy mi conciencia.

- Eso es que me tienes envidia.
Según las palabras salieron de tu boca un ramalazo de odio, ira y furia se adueñaron de mi. Primero vino el odio cubriendo con su manto negro todo lo que recordaba sobre ti; luego la ira me intoxicó y se instaló en el centro del odio; luego la furia arrasó lo poco que quedaba. Habías liberado mi furia.
Estaba temblando, conteniéndome para no matarte aún. De un solo golpe te tiré al suelo y me senté sobre ti. Tu cuello era tan frágil que me asaltó una risa gutural. Lo agarré con una sola mano. Vi tu cara de pánico y como intentabas asirte de mi mano que te condenaba. Tenía que concentrarme mucho en no acabar contigo hasta que lo hubieras escuchado todo.
- ¿Envidia?¿Envidia?
La ultima palabra me salió muy aguda. La idea de que alguien te tuviera envidia era absolutamente ridícula.
- ¿Envidia de qué?¿De ser tú?
Mi garganta se abrió dejando salir una carcajada larguisima.
- Das pena. Eres patética. ¿ Quieres motivos para hablar de mi? Tómalos. Habla pero con razones. Di que te retuve aquí y que te amenacé de muerte. No es envidia. Es rabia. 
- Veo... la envidia...quieres mi lugar.
Debí apretar demasiado fuerte el cuello. Estabas desencajada.
De pronto ya no sentía odio, ira o furia. Así que me fui.




No le des importancia, ellas siempre vuelven.

Sensación

Cuando estás vivo lo notas, sabes que no estás soñando. Sientes un cosquilleo en los dedos de los pies, en la nariz. Tu mente está haciendo cosas. Pensando. Ya sabes, ese pensamiento recurrente, tuyo y solo tuyo. Eres su dueño momentáneo hasta que lo saques a pasear.
Yo lo sacaré a pasear ahora;
desde hace unos días y gracias a una broma con la que me acuchilló un conocido he estado dándole vueltas a algo. ¿De qué eres consciente?
Cuando eres muy viejo, de un día para otro pereces sin remisión. Sin dolor. El corazón se para y no te deja acabar el sueño. Tus latidos estaban contados.
Cuando vas por la calle y un coche te atropella, mueres. tu cráneo se destroza contra el pavimento, pero no es doloroso, no allí a donde vas.
Cuando estás enfermo supongo que también la muerte llega.
Cuando te tiras desde el piso numero cuarenta, desde una torre altísima, sabes que vas a morir. Sabes que inexorablemente, con un 100% de posibilidades vas a morir. Aunque llueva, vas a morir. Aunque estés rezando, vas a morir. Son unos segundos en los que no haces una reflexión, tampoco te pasa la vida por delante de tus ojos (esa es de las mayores gilipolleces que he oído). Solo puedes oír como zumba el sonido del viento y como la Tierra te abraza.
Supongo que si eres muy muy viejo hay esperanza de que haya un próximo latido. Si te atropella un coche, oye igual te salvas, cosas mas raras se han visto. Si estás enfermo bueno, siempre puede haber una cura. O no.
Me gustaría saber cual fue el último pensamiento del batería de Led Zeppelin, (ese que se ahogó en su propio vómito tras meterse 42 chupitos de tequila). Seguro que no le dejaron acabar el sueño.




Zeppelin, no Zepelinn ni Zepellin. Tampoco Zeppellinn.

martes, 18 de octubre de 2011

Hoy va a ser el día.

Aquella noche estaba preparada para enfrentarme a ella. Me senté y aparté la tela y allí la tenía. Deslumbrante, perfecta, mirándome con sus ojos directamente a los míos. Estaba demasiado cerca. Su desprecio me hería como un puñal.
Moví los labios con intención de hablar pero ella me calló.
- Has vuelto. ¿Tienes miedo?
Seguía sin palabras, boqueando frente a ella. Siempre me pasaba lo mismo cuando la veía. Las palabras abandonaban mi mente.
Tosí. Era el momento.
- No me das miedo.
Una sonrisa con unos dientes perfectos iluminó su cara. No subió hasta sus ojos.
De pronto su expresión cambió, se volvió mucho más sombría de lo que la había visto nunca. Me dio un vuelco el corazón y se me nubló la vista.
- Deberías. Mira lo que puedo hacer.
No ocurrió nada. Se crispó. Y luego se frustró. Y luego me odió. Y luego, bueno y luego nada más.
Hablé con cautela.
- Deberías recordar que pese a lo que tu quieras, solo eres un reflejo celoso y atrapado en el interior de un espejo. Ni si quiera existes más allá de donde yo mire.








Drink her

domingo, 9 de octubre de 2011

Sobredosis

No eres culta. No eres inteligente. No eres guapa. No tienes ni puta idea. 
Solo eres patética. 
No te trago. 


Abandona tu pose, que ya te han sacado la foto.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Renacer

El rey tenía miedo. Esa era toda la explicación que habían dado en la corte. De puertas para dentro, nadie sabía que estaba ocurriendo. La gente empezaba a inquietarse.
El monarca estaba aterrorizado, mirando hacia la ventana abierta de par en par, con un espléndido sol atravesando el marco, un hermoso cielo azul sin una sola nube. Cada vez que un pajarillo pasaba frente a la ventana, ahogaba un grito.
Estaba en tensión, como si fuera a saltar tras la cómoda de la habitación.
- Las historias de miedo se cuentan por la noche, cuando no hay luz y la oscuridad te atrapa, no sabes dónde estás ni a dónde te diriges. Por las noches vence el cuerpo y sientes esa necesidad de dejarte llevar por el sueño. Dejas de sentir y te abandonas a los sueños. O pesadillas.
Uno de los pajes reales, que estaba haciendo compañía en la cámara real, observó al rey con detenimiento. Le parecía un hombrecillo ridículo. ¿A caso ese enclenque miedoso y acobardado iba a defender su país de una guerra?¿A caso el amilanado ser al que rendían sus respetos iba dirigir un reino?. Una sonrisa amarga retorció el gesto. 
- Mi señor, ¿se da cuenta usted que es de día? Sus sueños aquí no pueden turbarle.
El aludido no apartó la vista de la ventana. Tembló. 
-¿Se da cuenta usted que tenerle miedo a un sueño es una soberana estupidez?Incluido a una pesadilla.Al fin y al apostre son solo imaginaciones nuestras, producidas por el Judas de nuestro subconsciente; no le tengo miedo a mis propias creaciones, es la realidad lo que temo. Esa imposibilidad de despertarse cuando uno ya está despierto, saber que no hay ningún control sobre nada. La realidad asusta y abruma hasta al más fuerte. En su caso, me andaría con más recelo a la hora de llamar imbécil al sumo soberano. Váyase a comer moscas y dígame si allá fuera es de día o si sigues soñando.




...y los sueños, sueños son.

domingo, 25 de septiembre de 2011

A jodernos de frío

Poco a poco el invierno había llegado hasta el bosque, hasta el lago.
Un hombre ataviado con un viejo abrigo avanzaba por un sendero casi cubierto por la espesa nieve. Detrás iba una muchacha con los pies empapados y fríos. Llevaba en la mano un espejo redondo donde se iba mirando cada pocos pasos, por eso se quedaba rezagada siempre unos segundos.
El hombre, que se dedicaba a la caza, había adquirido una pieza poco común; una hija ida, a la que se dedicaba a fastidiar y a maltratar psicologicamente, como pago por la comida, escasa, que le daba.
A la muerte de la madre, devolvieron a la niña a su lugar de nacimiento. Desde pequeña había dado muestras de su incapacidad para controlar los impulsos más básicos, así como su poca paciencia y su falta de cariño hacia otras personas. Solo tenía un espejo.
El bosque se iba clareando, llegaban a una zona abierta, donde un inmenso lago helado separaba dos orillas no muy distantes. 
- Volvemos a casa. -La niña empezó a seguir la linde del bosque, pero el cazador la retuvo, tiritaba con ganas.- No, atravesaremos, es más corto.
La hija despreciada miró al infinito, ignorando a aquel señor que le habían plantado como padre. El vaho salida de su boca.
El cazador inició la marcha, se estaba congelando. El hielo era grueso y muy consistente. 
La niña no se movió. De hecho se miró en el espejo.
El padre se empezó a impacientar. Los insultos saltaron en tropel de su boca, dando la orden clara de que le siguiera a través del hielo. 
Hiriente indiferencia obtuvo. 
Cuando oyó el ruido ya era tarde. Una inmensa grieta había separado sus pies más de un palmo. Cayó al agua sin oponer ni una mínima resistencia. Empezó a chapotear penosamente. Se le agarrotaron las extremidades al contacto con el agua fría y emitió una serie de extraños ruidos que venían a ser una llamada de auxilio. El aire entraba helado y enfriaba los pulmones. Intentó sin éxito agarrarse al hielo, que sin duda no era tan grueso como había imaginado. Fue hundiendo la cabeza y boqueando.  Poco a poco el invierno llegó a su interior.
La desheredada siguió andando y no le dedicó espacio en su cabeza a la memoria de su padre.




How many times can a man turn his head, pretending he just doesn't see? 

jueves, 22 de septiembre de 2011

Hijos de puta del planeta tierra en general.

Din-don. 
Silencio en el pasillo.
Diiiiiiin-don.
Unos pies descalzos que apenas rozaban el suelo se dirigieron hacia la puerta con lentitud y parsimonia. 
Con un leve roce del pomo se abrió la puerta.
La extraña entró y pasó a convertirse en invitada. El anfitrión, de pelo rubio platino y cejas casi inexistentes se encogió de hombros. La guió hasta la cocina. 
Sus finas facciones y su figura esmirriada y envuelta en una especie de bata de hospital hacían juego con la casa, decorada en un tono demasiado minimalista.
 -¿Quieres algo?¿Agua?¿Almas?Tengo alguna en la nevera, si quieres te la caliento.
La antigua extraña y nueva invitada se sentó en la encimera de mármol. Sus piernas colgaban pero no balanceaba los pies.
- Solo un vaso de agua.
El anfitrión avanzó con cuidado hacia el fregadero y le tendió un vaso lleno de agua limpia y cristalina. La antigua extraña y nueva invitada metió dentro la mano derecha y la dejó reposar allí dentro.
- Estaba cansada de acusar a la gente con el dedo, lo tenía entumecido
- No es de buena educación señalar a nadie con ninguna cosa.
El silencio se apoderó de la conversación y no les dejó decir nada mas por el momento.
Pasados unos interminables años la antigua invitada que se había vuelto a convertir en extraña sacó la mano del vaso en el que apenas no quedaba ya agua y habló:
- Ahora si me tomaría una de esas almas, pero fría no del tiempo.





Gentuza que va de lista

sábado, 17 de septiembre de 2011

Después de que te fueras.

Un enorme reloj de manecillas negras y alargadas marcaba el tempo en la habitación. Colgado del techo.
Allí tiradas en un colchon amarillento estaban las dos.
-Cada hora viene instigada por la anterior. Las 15:59 estan muy presionadas. Demasiado. A penas sesenta segundos van a dar paso a la hora mágica. 
-Sesenta segundos. A penas una minucia de tu vida.
-De mi vida no es nada. Un minuto de mi tiempo no lo puedes tocar con los dedos. Yo uno de los tuyos si.
-Me duele ver como pasa el tiempo sin ti. Te olvida como un amante caprichoso, como un amo que busca cariño en un arisco gato. Te ignora y no te quejas.
Tras unos segundos de silencio el reloj de Mazzel produjo un sonido que les cortó la respiración.
Bip-bip. Bip-bip. 16:00.
-Es la hora mi amor, es la hora.
Las cuatro de la tarde cayeron como una niebla densa y oscura. Se removieron incomodas en el momento.
-Me cuesta verte vivir. Me cuesta mucho, cuando veo como te crece el pelo, las uñas; como cada día el humo infecta tus pulmones y te cuesta una milésima de segundo mas respirar. Me cuesta dejarte seguir. Ver como te mueres en vida en lugar de quedarte conmigo, estancada en las aguas del pasado. Te corrompes.
- Odio cuando te alejas de mi, caes en la brecha del infinito. Odio cuando tardas horas en hacer tareas de segundos, solo por el placer de verlas lentamente. Odio mirarte mientras ves florecer las jardineras, cuando acaricias el viento, notas cada olor por separado. Me alejo de ti sin remedio, viendo como salgo del agua que nos cubría hasta la cintura, y llego a la orilla del mar dónde todos los granos de arena son iguales a mis ojos.
- Y tan diferentes a los míos.



Oigo tus palabras huecas como las cuencas de tus ojos.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Muertos que matan

Unos días antes de morir Gottfried dispuso todos sus asuntos.
Tramitó el cochino papeleo de su herencia, especificó que ninguno de sus órganos le fuera sacado y convocó a la totalidad de sus familiares y amigos en la sala del hospital.
Así dijo:
- En vista de que esta larga enfermedad en un breve lapso de tiempo va a llevarme al fin de mi tiempo, os pido como único ruego que el día de mi funeral sucedan las siguientes cosas:
1- Mi funeral se celebrará de cuerpo presente, yo en el centro, vestido con el traje de lino azul y los zapatos nuevos.
2- Todos vosotros asistiréis vestidos elegantemente.
3- Beberéis, cantaréis y os regocijaréis.
Os pido que juréis ante mi, aún con cordura y vida, que cumpliréis mis pequeñas peticiones.
Al principio, dichas enmiendas produjeron un ligero escándalo, pero ante aquel pobre moribundo, ¿que podía importar festejar una muerte?. Si aquella era su voluntad, era simple y sencilla de cumplir.
Todos juraron.

Días mas tarde, prepararon el funeral. Gottfried fue vestido y maquillado con sus mejores galas y situado en el centro de una habitación cuadrada con las paredes forradas de papel pintado. Al rededor se dispusieron unas mesas con las mejores botellas de la reserva de Gottfried, a petición suya. 
Poco a poco la muchedumbre apenada que había entrado dio lugar a otro tipo de gente mas dicharachera que iba y venía con la copichuela en la mano. 

A la mañana siguiente la policía discutía entre los cadáveres.
- ¿Cómo podemos condenar a un muerto?
El forense se rascó la parte posterior del cráneo y levantó las cejas.
- Nos han ahorrado el tener que vestirlos y maquillarlos para meterlos en sus ataúdes.





Let the bodies hit the floor

martes, 30 de agosto de 2011

Tus ojos en la oscuridad

Oscuridad y silencio. Convertidos en miedo.
Angustia.
El silencio era demasiado oscuro y la oscuridad demasiado silenciosa.
Boqueabas. Abrías y cerrabas los ojos con fuerza. La oscuridad era impenetrable. Te rodeaba, tus pupilas se volvían locas intentando enfocar. Buscabas aire y solo encontrabas una oscuridad tan densa como el silencio que te rodeaba.
El silencio era muy espeso, ese tipo de sonido que hace que te molesten los oídos. Entraba hacía tus neuronas y no procesaban nada.
Estabas fuera. Ni mirabas ni oías. Pero a eso ya estabas acostumbrada.
La gente pasaba a tu alrededor, te necesitaban y te buscaban. Los usabas un rato, o dos. Sus caras, sus gestos, su alma. Todo iba al gran cajón del vacío, del olvido. Donde ahora tú habías caído.







She gots everything she needs

jueves, 25 de agosto de 2011

Sleep is just a cousin of death

La habitación del hospital estaba a oscuras. Un cuerpo indefinido reposaba bajo unas mantas.
No había lloros, ni lamentos. Solo el silencio que trae la noche, acompañado de un sonido muy hospitalario, pi-pi-pi-pi...
Entró entonces en la oscura estancia un hombre con un saco, que mira dulcemente hacia la cama. Llevaba puesto un pulcro traje gris con una corbata en color perlado. Con delicadeza, extrajo un puñado de arena del interior de la bolsa y la sostuvo en su mano un momento. Cuando la puso sobre sus ojos, un sonido le distrajo de su actividad.
- Querido primo, mantén tus delicias en la bolsa de momento. He traído un juez imparcial para esta ocasión.
De entre las entrañas de la oscuridad aparecieron dos figuras, un hombre con un frac negro, con camisa y corbata negras y una mujer que observaba la escena tras unas gafas de montura severa.
- Esta conversación ya está discutida. El sueño hará que se recupere.
La mujer habló.
- Mi nombre es Razón, y vengo a deducir y ayudaros.
El hombre del frac se acercó a su oreja.
- Señora Razón, este pobre desalmado ha matado a tres personas en un accidente de tráfico, además de un familiar suyo. Ha quedado gravemente herido. No merece vivir.
La Razón analizó los argumentos que el hombre del frac le susurraba sinuosamente. Podía oler la podredumbre de aquel hombre. Empezaba a ahogarla. 
La respiración asistida de aquel enfermo marcaba un ritmo constante en la conversación.
- Mujer, este sujeto no lo hizo intencionadamente, se dirigía hacia el hospital presto, la enfermedad de su familiar lo turbó y no vio el coche.
La Razón atendió también al hombre de gris. La esencia le producía una somnolencia que aturdía a sus ideas. 
- Bien, puesto que la muerte me ha sobornado, Sandman, acompáñeme a la salida. 
- Un placer.
La muerte se aproximó al cuerpo y lo agarró de la mano. 
La sala volvió a quedar a oscuras. Ahora el silencio se dividía con una larga linea verde.
Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...








Everybody dies alone.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Era una broma

La felicidad estaba llenándolo por dentro.
Su tráquea se llenaba de esa sensación, su cerebro no llegaba a computarla. Sentía que su corazón la bombeaba hasta la punta de cada dedo, que llegaba a los capilares y se erizaban todos los pelos de su cuerpo.
Que abrumador.
De pronto algo fue mal. Que calamidad, demasiada felicidad. Su corazón no podía con ello. Su pecho estaba henchido de sensaciones, momentos, recuerdos.
Y de pronto estalló. 
Si, nadie lo esperaba. Quedó allí tendido, aireando sus secretos. El suelo lleno de sangre y algunas vísceras, el corazón terminando de palpitar, trozos de una camiseta verde que hacía un bonito contraste con los deshechos. 
Cuantas cosas quedaron a la luz aquella mañana invernal. Que lástima que te las perdieras.








Fuck off Daisy

domingo, 21 de agosto de 2011

Disimula, no te perdono pero el tiempo dirá

Alzó una mano y la miró a contraluz. Sus dedos finos y largos removían las motitas de polvo que no cesaban de moverse, al parecer, interesadas en aquellos dedos tiesos.
Su piel estaba perdiendo el pelo. Caían. Se amontonaban. Sus poros se cerraban. Estaba lisa.
Sus ojos estaban cambiando. Un material duro sustituía las blandas corneas. Era casi como cristal. Que maravilla. 
Estaba extasiada. Todo funcionaba. Cada detalle de su cuerpo se definía, como bordeada de negro. Sus recuerdos la dejaban tranquila. Disfrutando de cada instante que pasaba a ser eterno en un segundo. 
- ¿Ya sabes cual es la respuesta a mi pregunta?
Al hablar descubrió que su lengua y su boca estaban secas. Pero con una extraña facilidad para moverse. Cuando habló, halló su voz como una melodía de flauta travesera. Notaba su cuerpo tan vacío como lleno. 
- Supongo... que... aún no.
Su mano no se cansaba de estar ahí arriba, con indiferencia. Moviendo esos dedos con afán de lucro, ¿cuanto polvo podía coger con una sola mano?. Le pareció un cálculo dificilisimo.
- Si te tumbas va saliendo todo el agua. Con el resto ya veremos lo que hacemos. 
- Oh Dios, te echo de menos.






Friendship never ends, JA

jueves, 11 de agosto de 2011

Ya no me acuerdo

Cuando encontraron aquel mineral todos sabían que iba a ser especial.
Lo habían sacado de las entrañas de la madre tierra con cuidado y recelo. Si lo tocabas durante mucho rato la piel se te ablandaba y dejaba paso a los huesos.
Casi nadie tocaba aquel mineral fantástico parido por el mundo en tiempos difíciles.
Los viejos evitaban su presencia y los jóvenes comenzaron a venerarlo. Aquellas primitivas gentes no sabían nada.
Solo hubo un hombre que decidió hacer algo con él. Tallarlo.
Armado con un pico y una piedra fue sacando del mineral una figura humana. Poco a poco el realismo superó a los toscos golpes y fue mostrando una muchacha de rostro calmado de enormes proporciones. Las gentes empezaron a temer y a recelar aun mas de aquella formación.
El hombre haciendo caso omiso de los comentarios y habladurías continuó con su obra.
Nostra, Nostra.
Los aldeanos susurraban el nombre. Los viejos seguían evitándola y los jóvenes venerándola.
Acabó la figura con un reloj de arena relleno de monedas sueltas de ese mismo material.


- ¿Así que es antigua?
- Tanto como el tiempo, ya no me acuerdo.


About her...

martes, 9 de agosto de 2011

A más no poder

La pared estaba rugosa al tacto. ¿A caso era piedra pintada?. Una fina capa de pintura color hueso aburría el panorama.
Una mujer pasaba distraídamente el dedo por encima de aquel muro. De su boca salía una melodía distraída que recordaba a tiempos mejores.
Su mente divagaba sobre los temas dolorosos y tristes vividos en su corta existencia. Era tan tangible aquella pared. Cansada y distraída. Aburrida.
Se paró en seco y puso una mano sobre aquella textura suprema que la envolvía poco a poco. Que rugoso y especial.
¿Que pared era aquella?¿A dónde daba?¿Que contenían esos muros?
Años pasando por delante de aquella pared, tan bella y tan rugosa. Tan real y tan definida, limitada.
El muró retumbó. La envolvía el movimiento palpitante.
De pronto se asustó. Aquello no era normal. La pared se oscurecía, se desenfocaba. Reculó unos metros.
Su espalda dio contra un muro. Blanco hueso, rugoso, pintura sobre piedra fría.
El encierro se volvía realista por momentos. No recorría la pared, la encerraba.
Esos muros contenían el miedo, que ahora se resquebrajaban, dejando salir a la mujer asustada e irracional, por tanto tiempo atrapada.


De pronto despertaste con el corazón en un puño. Tenías miedo. Ya no respirabas tan bien.
- Mazzel, ¿estoy aquí?
Me mirabas con los ojos vacíos. Te acaricié la cabeza.
- No pequeña, pero no falta nada.


Buried alive

domingo, 24 de julio de 2011

Avenidas

Una habitación llena de papeles tirados por el suelo, cajas volcadas, vasos medio vacíos, ropa amontonada, encerraba a una mujer que rebuscaba frenéticamente entre sus objetos.
Temblaba y lloraba, de vez en cuando paraba para respirar. Los nervios se habían apoderado de ella. Tiraba folios rotos, cristales y botellas.
Mazzel entró en la habitación y Ella se quedó helada. Un sollozo interrumpió el sonoro silencio que se había apoderado de la situación.
Se apoyó en el quicio de la puerta mientras Ella se daba la vuelta despacio.
-Siempre te ha gustado el desorden.
Mazzel dirigía miradas de desprecio contra todos los objetos que se amontonaban en las esquinas. Alzó su mano cerrada hacia Ella. La abrió con un movimiento sinuoso y una cadena de la que pendía una moneda se deslizó entre los dedos de Mazzel.
Un grito desgarrador retumbó en la sala. Ella tenía los ojos desencajados y miraba la moneda con un ansia mal disimulada. Se le crisparon los dedos. Se le secó la garganta.
- Es mio, dámelo.
Acto seguido Mazzel desprendió la moneda de la cadena y se la tragó. Se oyó como chocaba con algo en el interior de su estómago.
Ella se agachó y se quedó muy quieta. Unos segundos mas tarde sus ojos se perdieron en el infinito.
Mazzel dejó caer la cadena sobre el cadáver.
Sacó la lista y tachó otro nombre.
- Y luego dicen que la venganza no es buena.







She's not a singer

jueves, 21 de julio de 2011

Mi vida lejos de aquí

Intentas por todos los medios acomodar tu lengua en el interior de la boca. Se pasea por el paladar, inquieta. Rozaba los dientes, la doblas hacia atrás. 
No te das cuenta de que hace todo esto. Esta inconscientemente contigo.
Respondemos a los impulsos.
Intenta mover un dedo. Como llega esa orden tan sumamente rápido?. Es como una nota, un arrastrar del destino, que te remolca.
Notas ese sentimiento que tira de ti hasta tu próximo momento.
¿Dónde queda tu presente? Es un futuro que se convierte en pasado, que instante es ahora? es antes?
Pero volvemos a enredarnos en el problema de la lingüística. No hay vocabulario para hablar de esto en esta dimensión. Tienes una idea. Déjamela por bbchat.
Porque queridos, ese destino nos tira a todos*. 
Algunos intentan imponer algunos sus propias ideas, sus imperiosas necesidades o caprichos
Sin ir más lejos, si la Reina de Corazones (en este hipotético universo donde el destino no tira de ti) hubiera insistido un poco mas en el tema de decapitar a Alicia, ten por seguro que ninguna de esas cartas ridículas y con anorexia precoz se hubiera negado a obedecer un ruego de su hortera soberana. Alicia tiene cabeza aún. 






¿Por que no vuelves a tu casa en Nueva Orleans?

miércoles, 20 de julio de 2011

Quiero y no puedo pensar

El atardecer caía con aplomo y empujaba el sol hasta hundirlo entre la penumbra de la noche.
Esas luces crepusculares entraban por la fina ventana de tu habitación casi con pereza, disimuladamente. El monstruo estaba al acecho y no podías evitarte.
Tu llevabas horas haciendo cosas por tu cuarto. Habías robado una cinta adhesiva de color blanco y estabas tapando el espejo de pie apoyado en tu pared. Riiisssssss (trozo de cinta que se despegaba, desprendiendo cierto olor a plástico nuevo). 
Estabas casi sin ropa, murmurabas cosas sobre la verdad al desnudo. Cierto miedo te recorría al saber que junto con la noche iban a llegar tus miedos. 
Cuando acabaste dejaste un único agujero sin cubrir. 
Con sigilo y cautela avanzaste hasta él y miraste al interior.
Hiciste extraños movimientos para intentar ver a través del agujero como eras, pegándote mucho al frío cristal desconociendo la gravedad de tus actos.
Te fuiste alejando hasta que tu cara cupo en el orificio.
Y llegó el fin de la eternidad.





Para siempre es mucho tiempo

domingo, 17 de julio de 2011

Algún día todas mis cosas parecerán igual de viejas.

La cabeza se me escoraba hacia la izquierda. El tiempo estaba pasando muy rápido, tremendamente rápido.
El aire salía y entraba de mis pulmones, sedimentando minúsculas motas de polvo que se marcaban un paso-doble en mis albeolos.
Como si de destino se tratara me estaba descomponiendo en vida. Veía mis uñas crecer. Mi pelo se hacía largo sin que nadie pudiera detenerlo. Pequeñas heridas sanaban y yo solo podía continuar siendo espectador de mi propia muerte. 
Aquel mundo iba a ser mi ataúd. Mi cara dejaba de ser tersa para convertirse en una mueca, como cera caliente y triste que no tiene donde caer. Estaba inanimada. Seca.
Nadie se había dado cuenta hasta ahora. 
El simple roce del aire en tu cara hace que te desgastes como una mina de lápiz. Tus pensamientos se van con esa brisa, ladrona sin saberlo. Al peinarte, unos pocos pelos se desprenden de tu lustrosa cabellera. Uno menos, están contados desde el día en que naciste.
Cada paso esta obligado por el anterior, tus huesos se resienten, se resquebrajan. 
No somos eternos. Ahora mismo estas desapareciendo. Las teclas de tu ordenador tienen impresos tus dedos. Hay allí mas de ti que en tu cuerpo. 
Y como dijo algún gañán de pueblo,
"En cien años, todos calvos".








La vida acabará por matarte.

martes, 12 de julio de 2011

Elegir no es una opción

Clavé los ojos en el espejo. Me devolví la mirada.
Mi cara estaba vacía. Ya no hay sentimiento. Ya no hay vida, pero sigo viviendo.
No muero, no puedo. Supongo que aquel que nunca estuvo vivo no puede dejar de estarlo.
Me pregunté por qué. 
"Mala hierva nunca muere".
Esa había sido la idea desde el principio. Abandónome a las vicisitudes diarias. Me arrastran las circunstancias.
El tiempo pasa y no me corrompo, porque no puedo.
Aquel espejo dejó de mirarme. El asco y la vergüenza me llenaban por completo. Me ahogaban, intentaban salir hacía ella. Hacia mi.
-¿Quién eres tú?, responde.- Me imitaba sin mirarme a los ojos. Sus labios se movían al compás de los mios. Lineas finas que temblaban ligeramente al final de cada palabra. Aguardando al infinito con un entusiasmo inusitado.
-¿Quién te crees que eres? Tan guapa, tan fría, tan muerta. Muerta como tus miedos, inquietudes, metas. No eres nada más que mi reflejo.
Las lágrimas caían de nuestros ojos y ella evitaba mis pupilas.
-Mírame a los ojos cuando te hablo.- Ladeé la cabeza. 
- Zorra.
Ella reaccionó. Buscó mis ojos entre el cristal que separaba su mundo y el mio. Me miré, me miró. Sus ojos eran el abismo. La oscuridad me absorbió. Me levanté del asiento con las manos aún aferradas a la silla. Pegué mi cara contra la lisa superficie y me leí los labios.
"Mala hierva"








The best place to be.

martes, 5 de julio de 2011

Son las cosas que se hacen por amor.

El otoño barría las calles con un viento que recordaba aún al no lejano verano. Las hojas se movían al compás del aire caliente. Amanecía despacio, sin importar el lugar. La luz llenaba poco a poco esas aceras grises con tonos malvas. Un grupo de casas esperaba los primeros rayos de cara al este.
Una figura negra anduvo en esa dirección. Fijó su objetivo en una mujer apoyada contra un muro. El pelo empapado enmarcaba una cara de horror que helaba la sangre. Cuando la vio llegar su mueca se torció aún más. Abrió la boca en un intento desesperado por hablar. Se giró hacia la pared y un vómito sanguinolento cayó sobre las baldosas de piedra del suelo. Llorando ella cayó también.
Se apoyó contra el muro y observó a la mujer que con una larga capa negra arrastraba almas.
- Has venido...- el miedo era palpable en los ojos de la chica. Estaba sucia y no había dormido en días. Su ropa colgaba sobre su escuálido cuerpo.
La mujer con movimientos sinuosos, extrajo un pedazo de papel escrito con tinta negra. Su voz gélida trepanó los tímpanos de aquel despojo de la humanidad. Bajó los párpados y escuchó la clara y recriminante voz que la sentenciaba.
- Llevas seis días sin comer. Aproximadamente dos sin dormir. Has tomado drogas, pastillas y alcohol. Tu cuerpo intenta echar a tu alma de ahí dentro. Has convertido tu estructura en algo deforme y poco salubre. 
La chica, visiblemente alarmada se intentó incorporar. Tenía la imperiosa necesidad de huir, pero el suelo la atrajo más.
- Ya se te advirtió en otra ocasión, que si no volvías a tu vida normal no tendrías vida
- No quiero morir- el suelo la abrazó. 
- Antes de que te atrape el sueño eterno, dame una razón por la que llegaste a este extremo. Quiero comprender la estupidez humana, quiero saborear ese instante en el que vendiste tu alma.
Entré susurros habló;
- El precio de la belleza es casi tan alto como su recompensa.
Lloró desconsoladamente a los pies de la sentencia. Suplicó por su vida, por otra oportunidad. Intentó asir la capa de la muerte, pero sus dedos huesudos a penas respondían. No quedaban más lágrimas. El amanecer llegaba a su fin
Con los ojos muertos y la cabeza ladeada la encontraron. Estaba tirada en el suelo, un perro había orinado a sus pies, con cierto desprecio y placer en ello. Dentro de su boca más tarde encontrarían un trozo de papel en el que estaba escrita una lista de la compra.








Till the end.

viernes, 1 de julio de 2011

Hablemos seriamente, hoy no es mi día.

Aquella mañana la sensación de ingravidez era superior a lo que estaba acostumbrada. 
La cabeza me daba vueltas. Como recuerdo me viniste tu lo primero. Subiste por mi garganta aunque aguanté las ganas de vaciarme de ti.
Me revolví. A mi lado solo estaba el amanecer.
Miré el reloj de muñeca. Cuatro...tres...dos...uno...16:00. Bip-bip. Fin.
Cerré los ojos y te vi por última vez. "Del retrato de Dorian yo solo tengo el Grey".
Entonces en mis pensamientos vi claro el momento. El punto 0. A dónde voy a volver. 
El estado anterior.
Si no me encuentras por la calle es que me he ido. Si no me ves mañana con la luz de las velas, es que me he ido y no he vuelto.
Yo no pierdo nunca.
¿Quien no arriesga no gana? Dios que jodida mofa de frase, EL QUE ARRIESGA ES GILIPOLLAS. 





Y al final, la suerte me mira con cara de, "te quedaste con las ganas zorra". Uki-uki-uki, somos siete en la mesa y solo hay cinco sillas. Súbete a su espalda y deja que me ría un poco en septiembre.



DIOS JODER, QUE BIEN SIENTA

miércoles, 29 de junio de 2011

A mi me han mentido. No te preocupes que se pasa.

Ahora cierra los ojos. No pretendo que te sumas en esa oscuridad que te provoca el no ver. Algunas lucecillas del exterior se posaran sobre tus ojos y la negrura será relativa. No llores.
Cierra los ojos no físicamente, si no a la percepción. Vete de aquí un rato. Deja de existir unos instantes (puedes hacerlo con los ojos abiertos).
Necesito que lo hagas. 
Solo unos instantes en los que cambian los olores. 
Ahora viene lo bueno.Con tono optimista te van a contar mentiras. Sus lenguas entrarán por tu oído. Ya no habrá vuelta atrás. Sus vicios serán los tuyos. Pero no sus virtudes (no tienen).
Ajeno a ellos. Ajeno a ti, ahí es donde te quiero.
Hablábamos de volver y aún estamos aquí, sentados en ninguna parte y viendo la vida pasar.
¿Notas que cada vez somos más diminutos?
¿DÓNDE QUEDA LA INMENSIDAD QUE NOS RODEA?








You're gonna cry, cry, cry.

miércoles, 22 de junio de 2011

Siéntate en una silla, con tu portátil delante. Lee la basura que puedo darte. Me propago. Se me van los acontecimientos. Quiero más.

Las bombillas del baño estaban rotas. Solo una había sobrevivido al resto. Ella iluminaba mi agonía con desdén desde el techo. Estaba ennegrecida y su luz se reía de mi.
Estaba temblando. Con el grifo abierto del que salia un chorro de inmundicia que intentaba parecer agua potable. Yo frotaba mis manos debajo de aquel biotopo que salia con desgana del interior de alguna cañería.
Luego me di cuenta del asco que me producía ver aquella suciedad mezclada con la sangre de tu cuerpo. Por mucho que frotara tu olor no se separaba de mi.
Entonces apareciste. El espejo tenia peor color que la bombilla y aún así te vi venir por mi espalda.
Te sujetabas las tripas. Tenías rimmel corrido por debajo de los ojos, formando surcos negros hacía tu barbilla, que temblaba ligeramente.
-Frota con más interés.
-Lo estoy intentando.




You only get one shot, SO SHOT!

lunes, 20 de junio de 2011

Ahogarse en un charco y fingir que tu vida me importa son cosas que hago a diario

Nervios. Angustia. 
Ruido de pasos en el corredor de mármol.
Se acerca el juicio y nadie lo ha preparado. 
Me ofrecen sus vidas a cambio de un poco de lo que puedo darles.
A mi me importáis una mierda, preguntadle a mama que si podéis salir un rato antes de la escuela para probar el resto de la vida, que se os está quedando fría.
It's just me

domingo, 12 de junio de 2011

Aunque cierre los ojos se que estás por aquí

Algo se movía. Era un forma negra diminuta con ocho patas, tan oscura como sus intenciones. Yo la vi bailotear pausadamente sobre los baldosines blanquecinos. 
En aquella parte de la ducha la luz no entraba bien por culpa de la triste cortina colgada con desprecio. Me dolían los pies de existir. 
Aquel agua que me caía era una sentencia. ¿Cómo era posible que algo incoloro, inodoro e insípido pudiese arrastrar sin ningún miramiento tantos recuerdos?. Ese agua se llevó la gente que me tocó, la que respiró cerca mio, se llevó parte de mi, dejándome limpio.
Volví a prestar atención a aquel diminuto arácnido que había iniciado mis cavilaciones. Ni rastro.
Decidí acabar con aquella sublime agonía. Apagué el grifo y salí de la bañera. 
El espejo estaba empañado. Aún así dirigí mi vista hacia él. Giré un poco el cuello y mi imagen vino conmigo, aunque solo era un borrón de diferentes colores. 
Aún así lo vi. Algo detrás de mi.
Giré mi cuerpo entero hacia el interior de la ducha.
Los baldosines me devolvieron la mirada. Silencio.
El frío me llegó a la médula. Me volví hacia mi reflejo. Pasé la mano por encima, muy frío al tacto. Unos finos hilos de agua caían distraidamente y ajenos a mi terror hacía la encimera del baño.
Con la mano aún pegada al espejo pude observar horrorizado como una figura femenina vestida con un camisón blanco y empapada auguraba un fatídico final para aquella trágica ducha.
Lo que no vi fue como una pequeña araña anduvo sobre mi cadáver unos momentos más tarde.






Let me see how is it going.

martes, 7 de junio de 2011

Repartí todas las cartas y vi que éramos impares

Se me caía la cara de vergüenza. También se me caía porque no tenía nada a lo que agarrarse.
Me estaba derritiendo cual vela en una tarta de cumpleaños. 
Mis manos estaba dejando paso a los huesos, mi piel parecía pasta blanquecina.
La ropa empezó a quemarme y tuve que arrancarla como pude, haciéndome daño. La ropa estaba manchada de aquella pasta que yo había sido. Mis labios ya no se movían, aunque intenté gritar. Unas burbujas salieron del interior de mi garganta. El olor a calor estaba matándome, aunque pronto mi nariz se habría caído.
Me puse de rodillas, que dieron contra aquel charco ahora más sangriento.
Alcé una mano y mis huesos se resquebrajaron. 
Luego, nada mas pude ver. Mis ojos habían pasado a formar parte de la masa. Y al parecer mi cerebro también.
Los que me recogieron después vieron que había un extraño líquido negro, que más tarde identificaron con el alquitrán de mis pulmones.
- Que lástima, y eso era una persona.






Love of my life don't leave me.

domingo, 5 de junio de 2011

Ya no había nada más

Solo silencio. 
La conversación se había acabado pero las palabras seguían flotando en el aire.
"Amistad"
Estuvo a punto de escupir en el suelo. En su cara habría sido demasiado. Aún así aguantó su esputo para otra ocasión más merecedora.
"Necesito alguien como tú"
Ya. Ya claro. ¿Un poco tarde, no?
Sí, claro que era tarde. Se le escapó una risita.
La cogió por la parte de detrás de la cabeza y giró su cuello. Moverla era muy fácil. 
Sus ojos rígidos le miraron. Mentira, no miraban a nada.
Limpió un fino hilo de sangre que caía por una de las comisuras de sus labios y acarició su pelo.
- Si es un poco tarde. Más que nada porque ya no hay vuelta atrás. Me preguntaste mil estupideces sobre la amistad que teníamos. ¿A caso el león se hace amigo del antílope?. No necesitas nada como yo. Ya no necesitas nada.








I don't wanna be friends

sábado, 4 de junio de 2011

Me han contado la verdad y creo que no me interesa

Ella ya no comía. 
Poco a poco su cuerpo iba rechazando cualquier ayuda del exterior. Intentaba comer, lo decía en voz baja, "traed la sopa, o lo que sea". Y aquel plato no lo tocaba. Tampoco dejaba que se los llevasen, por eso ahora su habitación (la primera a la derecha) olía a nevera caliente.
Nos llamaba a gritos a cualquier hora.
"Está loca, déjala que se muera tranquila". Tu madre nunca nos cayó bien a las dos. Parecía como si mientras te estabas muriendo entre comida vieja, poco a poco la carga de quince años de vida se fuera yendo. En verdad aún no tenías los quince años. No creo ni que alcanzaras los trece, pero en esos días no importaba tu edad, habías nacido y punto, y estabas con la jodienda montada, una boca mas a la que no dar de comer pero que necesitaba ver toda esa comida por ahí.
Cuando por fin falleciste tras 71 días de agonía, pensamos que tu cadáver no iba a pesar casi nada.
Tu madre me mandó a mi a quitarte del medio. Cual fue mi sorpresa cuando casi me fue imposible levantarte de aquel lecho fúnebre. 
Salí de allí contigo. Luego te pusiste muy blanca, tosiste y me miraste. Te bajaste de mis brazos y de la mano nos largamos hacía la funeraria, al parecer para cancelar un pedido.




Son las 5 de la mañana.
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