martes, 30 de agosto de 2011

Tus ojos en la oscuridad

Oscuridad y silencio. Convertidos en miedo.
Angustia.
El silencio era demasiado oscuro y la oscuridad demasiado silenciosa.
Boqueabas. Abrías y cerrabas los ojos con fuerza. La oscuridad era impenetrable. Te rodeaba, tus pupilas se volvían locas intentando enfocar. Buscabas aire y solo encontrabas una oscuridad tan densa como el silencio que te rodeaba.
El silencio era muy espeso, ese tipo de sonido que hace que te molesten los oídos. Entraba hacía tus neuronas y no procesaban nada.
Estabas fuera. Ni mirabas ni oías. Pero a eso ya estabas acostumbrada.
La gente pasaba a tu alrededor, te necesitaban y te buscaban. Los usabas un rato, o dos. Sus caras, sus gestos, su alma. Todo iba al gran cajón del vacío, del olvido. Donde ahora tú habías caído.







She gots everything she needs

jueves, 25 de agosto de 2011

Sleep is just a cousin of death

La habitación del hospital estaba a oscuras. Un cuerpo indefinido reposaba bajo unas mantas.
No había lloros, ni lamentos. Solo el silencio que trae la noche, acompañado de un sonido muy hospitalario, pi-pi-pi-pi...
Entró entonces en la oscura estancia un hombre con un saco, que mira dulcemente hacia la cama. Llevaba puesto un pulcro traje gris con una corbata en color perlado. Con delicadeza, extrajo un puñado de arena del interior de la bolsa y la sostuvo en su mano un momento. Cuando la puso sobre sus ojos, un sonido le distrajo de su actividad.
- Querido primo, mantén tus delicias en la bolsa de momento. He traído un juez imparcial para esta ocasión.
De entre las entrañas de la oscuridad aparecieron dos figuras, un hombre con un frac negro, con camisa y corbata negras y una mujer que observaba la escena tras unas gafas de montura severa.
- Esta conversación ya está discutida. El sueño hará que se recupere.
La mujer habló.
- Mi nombre es Razón, y vengo a deducir y ayudaros.
El hombre del frac se acercó a su oreja.
- Señora Razón, este pobre desalmado ha matado a tres personas en un accidente de tráfico, además de un familiar suyo. Ha quedado gravemente herido. No merece vivir.
La Razón analizó los argumentos que el hombre del frac le susurraba sinuosamente. Podía oler la podredumbre de aquel hombre. Empezaba a ahogarla. 
La respiración asistida de aquel enfermo marcaba un ritmo constante en la conversación.
- Mujer, este sujeto no lo hizo intencionadamente, se dirigía hacia el hospital presto, la enfermedad de su familiar lo turbó y no vio el coche.
La Razón atendió también al hombre de gris. La esencia le producía una somnolencia que aturdía a sus ideas. 
- Bien, puesto que la muerte me ha sobornado, Sandman, acompáñeme a la salida. 
- Un placer.
La muerte se aproximó al cuerpo y lo agarró de la mano. 
La sala volvió a quedar a oscuras. Ahora el silencio se dividía con una larga linea verde.
Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...








Everybody dies alone.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Era una broma

La felicidad estaba llenándolo por dentro.
Su tráquea se llenaba de esa sensación, su cerebro no llegaba a computarla. Sentía que su corazón la bombeaba hasta la punta de cada dedo, que llegaba a los capilares y se erizaban todos los pelos de su cuerpo.
Que abrumador.
De pronto algo fue mal. Que calamidad, demasiada felicidad. Su corazón no podía con ello. Su pecho estaba henchido de sensaciones, momentos, recuerdos.
Y de pronto estalló. 
Si, nadie lo esperaba. Quedó allí tendido, aireando sus secretos. El suelo lleno de sangre y algunas vísceras, el corazón terminando de palpitar, trozos de una camiseta verde que hacía un bonito contraste con los deshechos. 
Cuantas cosas quedaron a la luz aquella mañana invernal. Que lástima que te las perdieras.








Fuck off Daisy

domingo, 21 de agosto de 2011

Disimula, no te perdono pero el tiempo dirá

Alzó una mano y la miró a contraluz. Sus dedos finos y largos removían las motitas de polvo que no cesaban de moverse, al parecer, interesadas en aquellos dedos tiesos.
Su piel estaba perdiendo el pelo. Caían. Se amontonaban. Sus poros se cerraban. Estaba lisa.
Sus ojos estaban cambiando. Un material duro sustituía las blandas corneas. Era casi como cristal. Que maravilla. 
Estaba extasiada. Todo funcionaba. Cada detalle de su cuerpo se definía, como bordeada de negro. Sus recuerdos la dejaban tranquila. Disfrutando de cada instante que pasaba a ser eterno en un segundo. 
- ¿Ya sabes cual es la respuesta a mi pregunta?
Al hablar descubrió que su lengua y su boca estaban secas. Pero con una extraña facilidad para moverse. Cuando habló, halló su voz como una melodía de flauta travesera. Notaba su cuerpo tan vacío como lleno. 
- Supongo... que... aún no.
Su mano no se cansaba de estar ahí arriba, con indiferencia. Moviendo esos dedos con afán de lucro, ¿cuanto polvo podía coger con una sola mano?. Le pareció un cálculo dificilisimo.
- Si te tumbas va saliendo todo el agua. Con el resto ya veremos lo que hacemos. 
- Oh Dios, te echo de menos.






Friendship never ends, JA

jueves, 11 de agosto de 2011

Ya no me acuerdo

Cuando encontraron aquel mineral todos sabían que iba a ser especial.
Lo habían sacado de las entrañas de la madre tierra con cuidado y recelo. Si lo tocabas durante mucho rato la piel se te ablandaba y dejaba paso a los huesos.
Casi nadie tocaba aquel mineral fantástico parido por el mundo en tiempos difíciles.
Los viejos evitaban su presencia y los jóvenes comenzaron a venerarlo. Aquellas primitivas gentes no sabían nada.
Solo hubo un hombre que decidió hacer algo con él. Tallarlo.
Armado con un pico y una piedra fue sacando del mineral una figura humana. Poco a poco el realismo superó a los toscos golpes y fue mostrando una muchacha de rostro calmado de enormes proporciones. Las gentes empezaron a temer y a recelar aun mas de aquella formación.
El hombre haciendo caso omiso de los comentarios y habladurías continuó con su obra.
Nostra, Nostra.
Los aldeanos susurraban el nombre. Los viejos seguían evitándola y los jóvenes venerándola.
Acabó la figura con un reloj de arena relleno de monedas sueltas de ese mismo material.


- ¿Así que es antigua?
- Tanto como el tiempo, ya no me acuerdo.


About her...

martes, 9 de agosto de 2011

A más no poder

La pared estaba rugosa al tacto. ¿A caso era piedra pintada?. Una fina capa de pintura color hueso aburría el panorama.
Una mujer pasaba distraídamente el dedo por encima de aquel muro. De su boca salía una melodía distraída que recordaba a tiempos mejores.
Su mente divagaba sobre los temas dolorosos y tristes vividos en su corta existencia. Era tan tangible aquella pared. Cansada y distraída. Aburrida.
Se paró en seco y puso una mano sobre aquella textura suprema que la envolvía poco a poco. Que rugoso y especial.
¿Que pared era aquella?¿A dónde daba?¿Que contenían esos muros?
Años pasando por delante de aquella pared, tan bella y tan rugosa. Tan real y tan definida, limitada.
El muró retumbó. La envolvía el movimiento palpitante.
De pronto se asustó. Aquello no era normal. La pared se oscurecía, se desenfocaba. Reculó unos metros.
Su espalda dio contra un muro. Blanco hueso, rugoso, pintura sobre piedra fría.
El encierro se volvía realista por momentos. No recorría la pared, la encerraba.
Esos muros contenían el miedo, que ahora se resquebrajaban, dejando salir a la mujer asustada e irracional, por tanto tiempo atrapada.


De pronto despertaste con el corazón en un puño. Tenías miedo. Ya no respirabas tan bien.
- Mazzel, ¿estoy aquí?
Me mirabas con los ojos vacíos. Te acaricié la cabeza.
- No pequeña, pero no falta nada.


Buried alive