lunes, 25 de abril de 2011

Este es para ti, léelo y dime lo que piensas.

El sonido del mar llegaba distorsionado. No era el sonido del mar. Que evidente eres.
Aún con los ojos cerrados te acercaste y me preguntaste muy bajito: 
-¿Qué es lo que necesito?
-¿Cómo puedes aguantar que tanta gente te odie?
-El odio es inherente al hombre
Sientes ese vació en la tripa, se acerca el final del círculo. Yo te guardo las espaldas si tu haces lo mismo. Los que estamos en la sombra, no me hables como si fuera gilipollas, que te las aguanto todas. Que no eres gente pero te puedes camuflar muy bien entre ellos.
No te confundas que no hay nada detrás de esto. Que los errores se pagan con amigos. 
Las amistades no se mantienen solas. Somos un vivo ejemplo.












What should we ask for?
Who should we look to if all we know is burning bridges?
Don't speak to me like I'm a stranger

domingo, 24 de abril de 2011

revelador

El espacio daba a unos garajes soleados. Había cierto murmullo inquietante. Niños.
Mi mano acababa en la mano de ella. Me miraba extrañada y no podía evitarlo. No me soltó pese a que sabía quienes éramos. Entonces los vi.
Estaban escondidos. Muchos lloraban en silencio. Se ponían el dedo en la boca, haciéndonos señas para que avanzáramos sin hacer ruido. 
Al final de la calle, una casa estaba especialmente llena de ellos.
Todos quietos. Uno de ellos se acercó a nosotras.
- Está arriba, lleva mucho rato pegándose, se hace daño. Hay golpes. Te necesita ahora.
Me guiaron hasta la habitación. Poco a poco los niños habían ido desapareciendo. Llegaban gritos de terror desde arriba y desde abajo. 
Las paredes eran a rayas verdes y blancas, verticales que se perdían en el suelo, y ella estaba de pie, con finos hilitos de sangre resbalando por su frente. Llevaba un camisón blanco largo hasta los pies, su gruesa figura se veía a contraluz, su pelo rubio enmarcaba su cara.
- Ya vienen.
Pasos en las escaleras, yo la seguía mirando a ella. Empezó a gritar, llorar, se volvió loca. 
En el quicio de la puerta había algo. Me gire rápido. Dos niñas, en aquella casa nada fuera de lo común. ¿ Venían con nosotras?¿Como habían encontrado el camino?.
- NO ME MIRES MUCHO QUE ME DUELEN LOS OJOS.
Un escalofrío recorrió mi espalda. Las miré fijamente y solté la mano de ella. Empecé a gritar. Me llevé las manos a la cabeza. Aquellas niñas estaban deformadas. Sus caras eran penosas imitaciones de vida. La que había hablado tenía un ojo mayor que el otro. La boca no le respondía bien, y sus extremidades estaban burdamente ancladas a su maltrecho cuerpo. La necesitaban. Dios.




Sweet dreams are made of this

lunes, 18 de abril de 2011

Pagando con huesos

El reloj de la iglesia dio las 12 de la noche; esa mágica hora en la que los cadáveres de la ciudad salían de sus tumbas, algunos en mejor estado que otros, todo había que decirlo. Se desperezaban sobre sus respectivos trocitos de tierra, estirando sus maltrechas y apestosas extremidades. Algunos se tumbaban a mirar las estrellas, otros ya se iban poniendo en marcha.
Una mano huesuda con dos anillos se posó sobre el hombro de Marc. Pese a los años allí, no se había acostumbrado al contacto con otros muertos. Un escalofrío le subió por la espalda. 
- Como hoy cumples los 100 años muerto, vamos a entrar al panteón blanco.
Abrió los ojos y vio la cara semi-completa de Eva. Alzó un dedo en el que aun le quedaba un poco de carne y se lo introdujo por la carcomida mejilla.
Eva hizo una mueca que pretendió ser una sonrisa. A ella se le estaba acabando el tiempo. ¿Cuantos años llevaba muerta? 
Lo había visto muchas veces. Aquellos a los que el tiempo seguía arrastrando, poco a poco acababan así. Deshechos. 
Él recordaba el día que se murió, en el hospital, enfermo. Alguien le preguntó "¿Quieres continuar?", y respondió con un hilo de voz, al parecer su ruido estertor, "Sí". Lo siguiente era confuso, se despertó sobre su tumba recién cavada y al lado de un hermoso cadáver de una jovencita de su edad; "Hola soy Eva y la eternidad nos espera".
Ahora él tenía 100 años. Ella iba a desaparecer poco a poco y él no. Eva dejaría de moverse, su carne se pudriría y no habría nada que hacer.
Ambos se incorporaron y avanzaron hacia el panteón blanco, él de los más viejos que aún podían moverse. La fiesta eterna.
"Por eso no hay viejos aquí, solo jóvenes, ellos ya vivieron en su tiempo y cuando les preguntaron que si querían seguir, simplemente estaban cansados de girar."








Entre mi paja no hallareis el alfiler

viernes, 8 de abril de 2011

La voluntad de un cadáver

Lo primero que noté fueron mis pies. Realmente solo era consciente de uno de ellos, el otro a penas podía sentirlo.
Sonó el graznido de un cuervo. Entonces sentí mi pecho que algo me daba pequeños tirones.
No podía ver más que un trozo de suelo, pues tenía el cuello completamente hacia atrás. Debía estar en una especie de bosque, o un jardín.
Los brazos si podía moverlos. Me los lleve en dirección a la cabeza. Mi cuerpo describía un arco perfecto. Intenté incorporarme.
El cuervo estaba comiéndose pequeños jirones de mi misma. Parecía estar pasándoselo realmente bien, daba saltitos alrededor de un tremendo agujero. A penas quedaba carne en algunas costillas.
Lo espanté. No sirvió un simple manotazo. Me pellizcó en el antebrazo.
Me puse en pie, aun agarrándome la cabeza, el cuello no me aguantaba la cabeza. Mi pie derecho estaba en una posición desconcertante. El cuervo se posó sobre mi cabeza.
- ¿Por qué han abandonado mi cadáver?
Me llevé la mano al agujero del pecho. Algo olía fatal.
Sobre lo que había estado apoyada resultó ser una fuente.
Sonreí. Mi cuerpo había sido el recipiente y mi sangre el agua, todo para el cuervo. Allí desde mi cabeza, empezaba a manejar la situación. Graznó de nuevo.

martes, 5 de abril de 2011

hipó(crita)

Querido extraño:
esta carta dirigida a ti y solamente a ti es lo único que tenemos en común. Ayer te vi por la calle, y en la televisión, también en una obra de teatro. Al principio no te reconocí, pero luego supe que eras tú, simplemente porque no eras yo. Tampoco eras ella, ni él, ni Kenny, así que supuse que eras mi querido extraño.
Te compré pan a las dos y media, te vi pasar en un autobus, y en el siguiente. Te vi paseando a un perro feo, y comprando en los chinos de embarca.
Ahí estabas, esquivando mi mirada o simplemente haciendo como que no existes. O como que no existo, no se que es peor.
Te echo de menos aunque te vea en todas partes y a la vez te odio porque nunca se quien eres.



This guilt could fill a fucking sea

lunes, 4 de abril de 2011

Castigo para los que siguen el culto y para los incultos (suelen coincidir)

¿Acaso antes de escribir aquellos pecados, crímenes de los que tanto presumen algunos se preguntaron las circunstancias bajo las cuales debían condenarse?
No, realmente la gente condena si saber, aunque claro, a día de hoy contamos con una palabra muy muy graciosa para definir las acusaciones que llevan pena, "JUSTICIA". ja.
Me río yo de la justicia, me río yo de lo que ellos llaman justicia. 
¿Que es más condenable?
Te diré yo, lo peor que puede hacer alguien es matar a una persona. O no
Hay cosas peores que estar muerto, cuando la culpa te llena, cuando la desesperación, la tristeza, el desamor, el desamparo... cuando esto te invade, esta convirtiéndose en un puro crimen, con una víctima que eres tú se convierte en un delito casi peor que la muerte (que dieciochesco;)
¿No deberíamos condenar a aquel que te desespera, aquel que no te quiere, aquel que no te ampara?
No, ¿sabes por qué? Te estarías condenando a ti mismo, ya que todo lo anterior lo has cumplido directa o indirectamente.
Tú y tu justicia, sois ambiguas porque os gusta serlo. 
Estás condenado.




I Don't Love You

sábado, 2 de abril de 2011

Llevar ligas y sentirte especial

Llamó al ascensor pulsando el interruptor de la luz del pasillo. Murmuró y arrastró los dedos al botón correcto. De su bolsillo de la chaqueta de traje se podía ver salir una esquina blanca de papel ya mohoso. Sobre el corazón, simbólico.
La lista estaba llegando a su esperado final.¿Qué le quedaban?¿Dos?¿Tres nombres?
Lo sabía muy bien, dos nombres y uno de ellos era el más especial. 
Estaba cometiendo una locura, una locura muy humana, estaba comparando dos cosas incomparables; la historia de toda una vida y ... la vida de toda la historia.
Le parecía muy injusto, muchísimo, él había vivido 87 años, no llegaría a los 90. Pero en cambio ella, la fuente de sus desgracias, la lacra de la humanidad, el error primigenio, había vivido unos 2500 años. O más. 
El ascensor había llegado. 
Sin duda, el momento de bajar aquellos once pisos era lo que más odiaba de este mundo, gustoso habría bajado los escalones a pie, pero la edad había marcado el límite. "El cuerpo humano es una verdadera mierda". La razón por la que odiaba aquel lugar era porque estaba rodeado de espejos, y durante el trayecto hasta la planta baja, tenía que soportar su propia vejez en dimensiones infinitas.
Llevó la mano al tirador y abrió lentamente. 
Sus ojos se abrieron muchísimo, demasiado; sus músculos se habían paralizado y su mandíbula se abría lentamente. Ella estaba ahí, exactamente igual que hace 69 años, tersa, bella, elegante, armada.
- Allistair, soy la parca que nunca vendrá a buscarme, soy el ángel de la muerte que me quiere dar caza, vengo a impartir justicia.- Subió el arma hasta la altura de su pecho, no temblaba, no pestañeaba, no envejecía.- Los veinte crímenes preparados y los dieciocho cometidos hoy te son cobrados.
El gatillo fue apretado. La bala atravesó la lista, el traje, el corazón, el orgullo y finalmente el alma.
Lo último que vio a parte del rostro del mismo demonio en toda su belleza, fue su propio reflejo.
"Esto es lo más triste que me ha pasado en la vida".
La venganza es un plato, elige si lo calientas o prefieres meterlo en la nevera.










Your betrayal 

viernes, 1 de abril de 2011

La montaña

Cada problema era un terrón de azúcar, ese era el trato. Lo habían pactado así porque ella lo había querido, "habré sido un error".
Al poco tiempo, ya no solo fueron los problemas los que se manifestaban como azúcar en deliciosa forma de cubito blanco, también se añadieron los desplantes, las frases sin terminar, esa manera de poner los ojos en blanco, los comentarios que oía y esa cama dónde no había sábanas sucias. 
No iba a lloriquear, simplemente reflexionó, chupó los terrones por una cara y fue construyendo una pirámide de azúcar lamida, que bien podía identificarse como mierda, no, mejor, como mierda con babas.
Cuando asumió que simplemente no estaban dispuestos a darla esa pequeña satisfacción, tuvo un periodo de paz, "entretengo a los que ya tienen otros planes".
Quiero decir, asumirlo no es todo el proceso, es la mayor parte. Llega el día en el que lo consigues, ya solo queda la pequeña envidia.


Debería borrar esto, me siento demasiado descubierta, Phil.






Tonight we're torching this motherfucking town