domingo, 12 de junio de 2011

Aunque cierre los ojos se que estás por aquí

Algo se movía. Era un forma negra diminuta con ocho patas, tan oscura como sus intenciones. Yo la vi bailotear pausadamente sobre los baldosines blanquecinos. 
En aquella parte de la ducha la luz no entraba bien por culpa de la triste cortina colgada con desprecio. Me dolían los pies de existir. 
Aquel agua que me caía era una sentencia. ¿Cómo era posible que algo incoloro, inodoro e insípido pudiese arrastrar sin ningún miramiento tantos recuerdos?. Ese agua se llevó la gente que me tocó, la que respiró cerca mio, se llevó parte de mi, dejándome limpio.
Volví a prestar atención a aquel diminuto arácnido que había iniciado mis cavilaciones. Ni rastro.
Decidí acabar con aquella sublime agonía. Apagué el grifo y salí de la bañera. 
El espejo estaba empañado. Aún así dirigí mi vista hacia él. Giré un poco el cuello y mi imagen vino conmigo, aunque solo era un borrón de diferentes colores. 
Aún así lo vi. Algo detrás de mi.
Giré mi cuerpo entero hacia el interior de la ducha.
Los baldosines me devolvieron la mirada. Silencio.
El frío me llegó a la médula. Me volví hacia mi reflejo. Pasé la mano por encima, muy frío al tacto. Unos finos hilos de agua caían distraidamente y ajenos a mi terror hacía la encimera del baño.
Con la mano aún pegada al espejo pude observar horrorizado como una figura femenina vestida con un camisón blanco y empapada auguraba un fatídico final para aquella trágica ducha.
Lo que no vi fue como una pequeña araña anduvo sobre mi cadáver unos momentos más tarde.






Let me see how is it going.

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