jueves, 2 de junio de 2011

Muerte es esperanza larga

Ya no me apetece volver. 
Esa gran frase estropeó mi vida. A mi tampoco me apeteció en su momento, volví y no sabes hasta que punto puedo arrepentirme.
Me la suda que no te apetezca volver.
Que no te apetece dices, como si fuera algo opcional; me corto el pelo o no? me ducho o no? vuelvo o no?
me entró la risa sarcástica. Y de verdad que me reí en voz alta.
Ven aquí. Deja de hacerte el remolón en el otro lado.
Salir de la realidad, de quien fue la jodida idea? tuya por supuesto. A mi las estupideces se me ocurren a la hora de dormir. A la hora de volver solo se me ocurre volver.
Pero tu no, tu eras especial y yo lo sabía, por eso te pregunté, vamos?
y tu soltaste, con naturalidad, ya ensayado en el interior de tu cerebro: Ya no me apetece volver.
Pues que te follen.






Y de pronto se separaron las dos sillas y cayó una mano con un solo dedo que señalaba a tu pie derecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario