lunes, 16 de mayo de 2011

Me vuelvo existente por momentos (mono toalla)

El sol quiso salir. Era evidente. Estaba llenando mi habitación con sus estúpidos rayos soñolientos. Quería salir ya mismo.
La rabia llenó mis sentidos. Me levanté muy rápido y abrí la ventana. 
- NO SALGAS NUNCA MÁS, ES LA ÚLTIMA VEZ QUE TE LO ADVIERTO
Los marcos de la ventana chocaron contra el muro de ladrillo rojo. Un trocito de uno de ellos cayó al patio.
La ansiedad me recorrió al tiempo que los rayos de ese sol maldito que día tras día iba a salir por el este y noche tras noche iba a largarse por el oeste.
Vi como el cielo se aclaraba, como se burlaba de mi intento de derrotar al astro rey. 
El sol se reía de mi. Y de mi existencia.
Notaba como me iba haciendo cada vez mas tangible. Era mágico, ahora el mundo podía esperarme. 
Tan táctil. Tan triste. Tan lejos del sol que se reía. Tan pequeña.
Pero no me toques, que me desgasto con el viento. Mi piel se va. Deja paso poco a poco a mi blanca calavera. Día a día veo que desaparece mi piel, queda menos. Rozamiento.
Méteme en formol. Déjame allí para ver el final de los tiempos. Déjame ver aquellos cangrejos gigantes de los que hablaba Huxley, déjame ver como volvemos a empezar.








Cíclicos, no me engañéis, que será una pérdida de tiempo

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